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Elegir el tipo de tarima para la reforma de tu casa
La gran variedad de calidades y tipos en tarimas (o pisos flotantes) hace que la elección sea una tarea compleja. Te contamos los conceptos básicos que pueden ayudarte a elegir.
En general, se llama tarima o piso flotante a un pavimento de madera (o de otro material que imita a la madera) que no está clavado ni pegado al solado. Esta compuesta por varias capas por lo que ofrece gran estabilidad y perdurabilidad en el tiempo.
Su principal ventaja es que pueden instalarse directamente sin necesidad de retirar el pavimento existente. Para ello, se extiende una capa especial (de espuma, caucho,..) para nivelar la superficie e igualar las posibles irregularidades del suelo. La unión entre las secciones de tarima no necesita clavos ni pegamentos ya que, normalmente, vienen preparadas para un encaje de 'click'. Estas características hacen que sea un tipo de pavimento muy solicitado debido a que precisa poca mano de obra y poco tiempo de instalación.
Tipos de tarimas flotantes
Podríamos decir que lo que diferencia unas tarimas de otras se resume en el grosor (que oscila entre 6 y 12 mm), la longitud de la lama y el material de la capa exterior (madera noble o material sintético). También podemos encontrar tarimas de mayor grosor especiales para exteriores, por ejemplo, para el contorno de una piscina.
Si bien las más conocidas son las de madera (o imitación a madera) de haya, roble, etc. hoy en día se comercializan tarimas en todo tipo de acabados, colores y relieves.
Si, pero ¿cómo eligo?
Lo primero a tener en cuenta es el uso que se le va a dar. No es lo mismo una tarima para un salón que para un baño (salpicaduras, humedad, etc.).
También hay que prestar mucha atención a la fortaleza de las juntas de las lamas y de sus caracteristicas: si son o no hidrófugas, ignífugas, antiestáticas, antiarañazos, etc.
Resistencia AC-(3,4,5,6), esto nos indicará el tipo de resistencia que ofrece el material frente a la abrasión.
Junto con la clasificación AC, se suelen adjuntar unos dígitos (23, 32, 33, etc…) para designar propiedades, características o “clases de utilización” marcadas en el código EN 13329, siendo las decenas las clases, y las unidades las calidades (33 mejor que 31, o mejor 23 que 22).
El grosor, 7 hasta 12mm y la densidad del tablero ( kg/ m2), son importantes a la hora de elegir un buen material, ya que aguantará mejor torsiones y humedad, en función de estos factores.